miércoles, 17 de mayo de 2017

Breve Apostólico Providentíssimus del Papa León XIII - San Pascual Bailón Patrono de los Congresos Eucarísticos y de todas las Asociaciones Eucarísticas

León XIII
Breve “Providentissimus”
por el que que nombra a
San Pascual Bailón
Patrono de los Congresos Eucarísticos
y de todas las Asociaciones Eucarísticas.

Para perpetua memoria

La Providencia de Dios (Providentissimus Deus) excelsa, que dispone las cosas de un modo a la vez fuerte y suave, atendió a su Iglesia de manera tan particular que, precisamente cuando las circunstancias se muestran menos favorables, le ofrece motivos de consuelo suscitados de la misma dureza de los tiempos.

Esto, que se ha visto con frecuencia en otras edades, puede apreciarse sobre todo en las actuales circunstancias de la sociedad religiosa y civil, en las que, levantándose los enemigos de la tranquilidad pública con creciente insolencia, y procurando con ataques diarios y fortísimos destruir la fe de Cristo y aún toda la sociedad, quiso la Bondad divina oponer a estas perturbaciones los preclaros trabajos de la piedad cristiana.

Lo cual ciertamente manifiestan la devoción al Sagrado Corazón, difundida por todas partes, el celo que en todo el mundo se despliega en acrecentar el culto de la Virgen María, los honores que se concedieron al ínclito Esposo de la misma Madre de Dios, y las sociedades católicas de varias clases fundadas para la defensa incondicional de la fe y para otras muchas finalidades, que promueven la gloria de Dios y fomentan la caridad, ya ejercitándolas, o bien implantándoles donde no existen.

Mas si bien todo esto impresione gratísimamente Nuestro ánimo, creemos, sin embargo, que el compendio de todas las bondades del Señor está en el aumento de la devoción entre los fieles hacia el Sacramento de la Eucaristía, después de los Congresos grandiosos habidos por esta época sobre este asunto. Porque nada juzgamos más eficaz, según ya en otras ocasiones hemos declarado, para estimular los ánimos de los católicos, ya a la confesión valerosa de la fe, ya a la práctica de las virtudes dignas del cristiano, como el fomentar e ilustrar la devoción del pueblo en orden a aquella inefable prenda de amor que es vínculo de paz y de unidad.


Siendo, pues, digno este importantísimo asunto de nuestras mayores atenciones, así como frecuentemente hemos alabado los Congresos Eucarísticos, así ahora, estimulados por la esperanza de más abundantes frutos, hemos determinado asignar a aquellos un Patrono celestial de entre los bienaventurados que con más vehemente afecto se abrasaron en el amor hacia el santísimo Cuerpo de Cristo.

Ahora bien, entre aquellos cuyo piadoso afecto hacia tan excelso misterio de fe se manifestó más encendido, ocupa un lugar preeminente San Pascual Bailón. Quien poseyendo un espíritu grandemente inclinado a las cosas celestiales, habiéndose ocupado con vida purísima durante su adolescencia en el pastoreo de rebaños, y abrazado un género de vida más austero en la Orden de Menores de la más estrecha Observancia, mereció en la contemplación del sagrado banquete recibir tal ciencia que, siendo rudo y sin estudio alguno, pudo responder a cuestiones dificilísimas sobre la fe y aun escribir libros piadosos. Además, entre los herejes sufrió muchas y graves persecuciones, y émulo del mártir Tarsicio, vióse expuesto frecuentemente a dar su vida por confesar pública y manifiestamente la verdad de la Eucaristía. El amor a ésta parece haberlo conservado aún después de muerto, toda vez que tendido en el féretro dícese haber abierto los ojos por dos veces a la doble elevación de las sagradas especies.

Es, pues, manifiesto que no puede asignarse otro Patrono mejor que él a los Congresos católicos de que hablamos. Por lo cual, así como hemos encomendado a Santo Tomás de Aquino la juventud estudiosa, a San Vicente de Paul las asociaciones de caridad, a San Camilo de Lelis y a San Juan de Dios los enfermos y cuantos se consagran a su auxilio, por igual razón, como cosa excelente y gozosa y que redunda en bien de la cristiandad, en virtud de las presentes, con nuestra suprema autoridad,

declaramos y constituimos a San Pascual Bailón peculiar Patrono celestial de los Congresos Eucarísticos, así como también de todas las Asociaciones Eucarísticas existentes o que en lo sucesivo se instituyan.


Y esperamos confiadamente como fruto de los ejemplos y del patrocinio del mismo Santo, que muchos cristianos consagren cada día su espíritu, sus decisiones y su amor a Cristo Salvador, principio sumo y santísimo de toda salud.

...
Dado en Roma, en San Pedro, bajo el anillo del Pescador, el día 28 de noviembre de 1897, año vigésimo de Nuestro Pontificado.

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