miércoles, 12 de noviembre de 2014

Matar a un inocente no-nacido, el crimen más execrable - Mons. Reig Pla

Llamar a las cosas por su nombre
Un verdadero reto para los católicos *
Mons. Juan Antonio Reig Pla
Obispo de Alcalá de Henares

1. El Presidente del Gobierno de España y del Partido Popular ha confirmado la retirada de la reforma de la ley del aborto que pretendía “limitar” cuantitativamente el “holocausto silencioso” que se está produciendo. Mantener el derecho al aborto quiebra y deslegitima el supuesto estado de derecho convirtiéndolo, en nombre de la democracia, en una dictadura que aplasta a los más débiles. Ninguna ley del aborto es buena. La muerte de un solo inocente es un horror, pero “parecía” que “algo” estaba cambiando en las conciencias de algunos políticos relevantes respecto del crimen abominable del aborto (Cf. Concilio Vaticano II, Gaudium et spes, 51).

Dicho esto conviene denunciar, con todo respeto a su persona, que el Presidente del Gobierno ha actuado con deslealtad respecto a su electorado al no cumplir su palabra en esta materia, explicitada en su programa electoral; también ha actuado con insensatez pues ha afirmado que lo sensato es mantener el “derecho al aborto”, es decir, el derecho a matar a un inocente no-nacido, el crimen más execrable. Además ha faltado a la verdad, pues su partido tiene mayoría absoluta en el Parlamento y, sin embargo, afirma que no hay consenso, algo que no ha aplicado a otras leyes o reformas infinitamente menos importantes.

Ha llegado el momento de decir, con voz sosegada pero clara, que el Partido Popular es liberal, informado ideológicamente por el feminismo radical y la ideología de género, e “infectado”, como el resto de los partidos políticos y sindicatos mayoritarios, por el lobby LGBTQ; siervos todos, a su vez, de instituciones internacionales (públicas y privadas) para la promoción de la llamada “gobernanza global” al servicio del imperialismo transnacional neocapitalista, que ha presionado fuerte para que España no sea ejemplo para Iberoamérica y para Europa de lo que ellos consideran un “retroceso”  inadmisible en materia abortista.

2. Respecto al Jefe de la Oposición en el Parlamento, también con todo respeto a su persona, hay que afirmar que se ha mostrado falto de rigor intelectual y con un déficit de sensibilidad ante la dignidad de la vida humana. Es asombroso comprobar cómo telefonea a un programa de televisión para denunciar la violencia contra los animales, y, sin embargo, olvida la violencia criminal contra dos millones de niños abortados: decapitados, troceados, envenenados, quemados… Desde la lógica del horror el Secretario General del PSOE ensalzó en la Estación de Atocha de Madrid el mal llamado “tren de la libertad” en el que algunas mujeres reclamaban “el derecho a decidir matar inocentes”; este tren, como los trenes de Auschwitz que conducían a un campo de muerte, debería llamarse, no el “tren de la libertad” sino, el “tren de la muerte”, del “holocausto” más infame: la muerte directa y deliberada de niños inocentes no-nacidos.

3. Como es verificable, el Partido Popular con esta decisión, se suma al resto de los partidos políticos que, además de promover el aborto, lo consideran un derecho de la mujer: una diabólica síntesis de individualismo liberal y marxismo. Dicho de otra manera, a fecha de hoy ‒ y sin juzgar a las personas ‒, los partidos políticos mayoritarios se han constituido en verdaderas “estructuras de pecado” (Cf. San Juan Pablo II, Encíclicas Sollicitudo rei socialis, 36-40 y Evangelium vitae, 24).

4. En el orden cultural, y bajo la presión del feminismo radical, se ha trasladado el punto de mira del aborto; se ha deslizado desde el tratamiento como un crimen (No matarás) a la consideración de la mujer como víctima. Es verdad que la mujer es también víctima, abandonada en muchas ocasiones ‒ cuando no presionada para que aborte ‒, por el padre de su hijo, por su entorno personal y laboral y por la sociedad; también es cierto que sufre con frecuencia el síndrome post-aborto, etc.; pero, si bien algunas circunstancias pueden disminuir la imputabilidad de tan gravísimo acto, no justifican jamás moralmente la decisión de matar al hijo por nacer. Esto hay que denunciarlo al tiempo que hay que acompañar con misericordia  y «adecuadamente a las mujeres que se encuentran en situaciones muy duras, donde el aborto se les presenta como una rápida solución a sus profundas angustias» (Papa Francisco, Evangelii gaudium, 214).

lunes, 10 de noviembre de 2014

San León Magno uno de los más grandes pontífices que han honrado la Sede de Roma - Benedicto XVI

BENEDICTO XVI
AUDIENCIA GENERAL
Miércoles 5 de marzo de 2008
San León Magno

Queridos hermanos y hermanas:
Continuando nuestro camino entre los Padres de la Iglesia, auténticos astros que brillan desde lejos, en el encuentro de hoy vamos a considerar la figura de un Papa que en 1754 fue proclamado por Benedicto XIV doctor de la Iglesia: se trata de san León Magno. Como indica el apelativo que pronto le atribuyó la tradición, fue verdaderamente uno de los más grandes Pontífices que han honrado la Sede de Roma, contribuyendo en gran medida a reforzar su autoridad y prestigio. Primer Obispo de Roma que llevó el nombre de León, adoptado después por otros doce Sumos Pontífices, es también el primer Papa cuya predicación, dirigida al pueblo que le rodeaba durante las celebraciones, ha llegado hasta nosotros. Viene espontáneamente a la mente su recuerdo en el contexto de las actuales audiencias generales del miércoles, citas que en los últimos decenios se han convertido para el Obispo de Roma en una forma habitual de encuentro con los fieles y con numerosos visitantes procedentes de todas las partes del mundo.
San León era originario de la Tuscia. Fue diácono de la Iglesia de Roma en torno al año 430, y con el tiempo alcanzó en ella una posición de gran importancia. Este papel destacado impulsó en el año 440 a Gala Placidia, que entonces gobernaba el Imperio de Occidente, a enviarlo a la Galia para resolver una situación difícil. Pero en el verano de aquel año, el Papa Sixto III, cuyo nombre está ligado a los magníficos mosaicos de la basílica de Santa María la Mayor, falleció; y como su sucesor fue elegido precisamente san León, que recibió la noticia mientras desempeñaba su misión de paz en la Galia.
Tras regresar a Roma, el nuevo Papa fue consagrado el 29 de septiembre del año 440. Así inició su pontificado, que duró más de 21 años y que ha sido sin duda uno de los más importantes en la historia de la Iglesia. Al morir, el 10 de noviembre del año 461, el Papa fue sepultado junto a la tumba de san Pedro. Sus reliquias se conservan todavía hoy en uno de los altares de la basílica vaticana.

domingo, 9 de noviembre de 2014

Dedicación de la Basílica de San Juan de Letran - San Juan Pablo II

HOMILÍA DE
SAN JUAN PABLO II
Fiesta de la Dedicación
de la Basílica de Letrán
Domingo 9 de noviembre de 1980

1. Permitid, queridos hermanos y hermanas, que este domingo en que la Iglesia celebra el correspondiente aniversario de la Dedicación de la Basílica Lateranense, exprese yo, junto con vosotros, la más profunda veneración a nuestro Dios y Señor, que habita en este venerable templo.
¡Dios habita en el interior de su Iglesia!
Cuando el templo fue erigido en este lugar —y sucedió por vez primera en tiempos del Emperador Constantino—, fue dedicado a Dios solo. En efecto, se edifican las iglesias para dedicarlas a Dios, como para darle a El solo su particular propiedad y su habitación en medio de nosotros, que somos su pueblo. Y de nuestros antepasados en la fe recibimos la certeza de la verdad revelada, según la cual Dios quiere habitar en medio de nosotros. Quiere estar con nosotros. ¿De qué otra cosa, si no de esto, es testimonio la historia de los Patriarcas y de Moisés?
Y, ¿qué otra cosa testimonia, sobre todo. Cristo. Señor y Salvador nuestro que, de modo especial, es desde el principio, Patrono de la Iglesia en Letrán?
2. Sí, hace poco hemos escuchado sus palabras pronunciadas ante los habitantes de Jerusalén y ante los peregrinos que habían llegado para visitar el templo de Salomón: "Destruid este templo, y en tres días lo levantaré" (Jn 2, 19). Cristo había subido al templo de Jerusalén junto con los demás y —como hemos escuchado— había echado fuera a la gente que vendía bueyes, ovejas, palomas y a los cambistas sentados allí. Y entonces, ante la reacción tan dura del Maestro de Nazaret, ante las palabras que había pronunciado en esa ocasión: "no hagáis de la casa de mi Padre casa de contratación", le fue hecha esta pregunta: "¿Qué señal das para obrar así?" (Jn 2, 16. 18).
La respuesta de Cristo suscitó una sensación de recelo: "Cuarenta y seis años se han empleado en edificar este templo, ¿y tú vas a levantarlo en tres días?" (Jn 2, 20).
Solamente los más cercanos a Cristo eran conscientes de que en lo que había dicho se había manifestado su "celo" filial por la casa del Padre, un celo que lo devoraba (cf. Jn 2, 14). Y ellos, los discípulos, entendieron después, cuando Cristo resucitó, que echando entonces a los comerciantes del templo de Jerusalén, pensaba sobre todo en el "templo de su cuerpo" (Jn 2, 21).

sábado, 8 de noviembre de 2014

Dedicación de la Basílica de San Juan de Letrán - Guión Litúrgico

ENTRADA:
Hermanos: Hoy la Iglesia celebra la fiesta de la Dedicación de la Basílica de San Juan de Letrán, de una particular importancia pues fue la primera Iglesia puesta bajo la advocación del Salvador, levantada en Roma por el Emperador Constantino. Sigue siendo en la actualidad la Catedral del Romano Pontífice y esta fiesta la celebra en este día la Iglesia toda, como muestra de unidad con el Santo Padre. Nos ponemos de pie para dar comienzo a la celebración y cantamos…

viernes, 7 de noviembre de 2014

Los sacerdotes y los obispos nunca podemos incluso bajo una supuesta aproximación pastoral, alterar o negar la verdad a cerca del matrimonio. Card. Burke

Entrevista concedida Por
el Card. Raymond Burke
Prefecto de la Signatura Apostólica
al periodista católico
Terence P. Jeffrey, de CNSNews

Su Eminencia, Permanecer en La verdad de Cristo incluye un capítulo inicial analizando la base escriturística del matrimonio, que fue escrito por el padre Paul Mankowski, S.J. Permítame darle un par de citas bíblicas tomadas de la Nueva Biblia Americana destacadas por la Conferencia Episcopal Estadounidense.
Génesis 2, 24 dice: «Por eso deja el hombre a su padre y a su madre y se une a su mujer y se hacen una sola carne».
Marcos, capítulo 10 dice: «Los fariseos se acercaron y le preguntaron: ¿le es lícito al hombre divorciarse de su mujer? Lo estaban probando.
Les respondió: ¿qué os mandó Moisés? Ellos contestaron: Moisés permitió redactar el acta de divorcio y repudiarla.
Pero Jesús les dijo: Por la dureza de vuestros corazones se os ha dado este mandamiento, pero desde el principio de la creación «Dios los hizo hombre y mujer, por esta razón, el hombre debe dejar a su padre y a su madre y se une a su mujer y así serán una sola carne». Así que lo que Dios ha unido, que el hombre no lo separe».
En la casa los discípulos de nuevo le preguntaron a cerca de esto. Él les dijo «quien se divorcie de su mujer y se case con otra, comete adulterio contra ella; y si ella se divorcia de su marido y se casa con otro, comete adulterio».
Quiero preguntarle, su Eminencia, una pregunta muy básica. ¿Estaba Jesús en lo correcto a cerca del matrimonio?

Absolutamente. Su misión salvadora para restaurar nuestra comunión con Dios Padre -esa comunión que ha sido rota por el pecado de Adán y Eva- tiene como uno de sus aspectos fundamentales la restauración de la verdad del matrimonio y la fidelidad a esa verdad en la vida del marido y la esposa.
Y así Nuestro Señor, en su enseñanza, hace referencia a la creación misma, en otras palabras, al orden que Dios ha puesto en el mundo y en el corazón humano, por el que un hombre y una mujer son atraídos el uno hacia el otro para formar una unión de por vida, fiel y procreadora, que Nuestro Señor dejó muy claro que ésta es la verdad a cerca del matrimonio, que no hay otra verdad a cerca del matrimonio, que ésta es la verdad completa.
Y era tan clara que los discípulos le preguntaban a cerca de ella porque ellos estaban pasmados. Dijeron: bueno, quizás es mejor no casarse. Y Nuestro Señor dejó claro que Dios Padre da la gracia a aquellos que están llamados a casarse para vivir este maravilloso sacramento y vivir el misterio que refleja de una manera muy particular el amor dentro de la Trinidad, que también es fiel, duradero y fecundo.
Así que vemos que en la obra Salvífica de nuestro Señor, uno de los más importantes aspectos fue restaurar el matrimonio a su verdad.

Dado que fue Jesucristo mismo quien nos enseñó lo que es el matrimonio, ¿puede cualquier sacerdote u obispo cambiar lo que Jesús ha declarado a cerca del matrimonio?
No, absolutamente no. Los sacerdotes y obispos están llamados a ser fieles a la verdad. Nuestro oficio es enseñar esta verdad y ayudar a los fieles a vivirla, pero nunca podemos, incluso bajo una supuesta aproximación pastoral, ya sea alterar o negar la verdad a cerca del matrimonio.

¿Puede el Papa mismo cambiar la naturaleza del matrimonio, teniendo en cuenta lo que dijo Cristo?
No, no está en su poder, y está muy claro en la enseñanza de la Iglesia que si un matrimonio ha sido válidamente celebrado y consumado no puede ser separado. No puede terminarse por nada excepto por la misma muerte.

¿Y la institución del matrimonio y la manera en que es reconocida por la Iglesia puede ser cambiada por cualquier obispo o cualquier papa?

martes, 4 de noviembre de 2014

Desafortunadamente hay obispos que se han dejado cegar por una sociedad secularizada - Card. Gerhard Müller

Algunos párrafos de la entrevista concedida por el Prefecto de la Congregaciòn de la Doctrina de la Fe, Card. Gerhard Müller a Nasz Dziennik de Polonia y reproducida en Infocatòlica


Sobre los medios de comunicación

“Desafortunadamente, en las sociedades modernas, diversos medios, organizaciones internacionales e incluso gobiernos de varios países, están intentando sembrar confusión en la mente de la gente. En muchos países, las relaciones están destruidas, y esto también se aplica al modelo cristiano de matrimonio y familia. La verdad sobre el matrimonio y la familia es relativizada. Estas tendencias, por desgracia, han entrado, de alguna manera, dentro de la Iglesia y los obispos, a los cuales los medios de comunicación intentan presionar... Nosotros tenemos a Cristo y al Evangelio. Este es nuestro punto de referencia, el fundamento de la única y adecuada enseñanza de la Iglesia...”

 

Sobre el matrimonio

Hay un montón de medios pero sólo hay un mediador, que es Jesucristo y su Evangelio. Por lo tanto, la palabra de Dios no puede ser ignorada de ninguna manera y no se puede ceder en ninguna parte. Se debe aceptar totalmente. La Iglesia, ni antes, ni durante, ni después del Sínodo puede cambiar lo que viene de la enseñanza de Cristo. Respecto al matrimonio, éste está definido, ante todo, por las palabras: «lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre».

 

Sobre la homosexualidad

domingo, 2 de noviembre de 2014

Conmemoración de todos los fieles difuntos - Guión litúrgico

Guión de entrada:

Hoy celebramos la conmemoración de Todos los Fieles Difuntos. En este día, recordamos especialmente a todos aquellos que han pasado por este mundo haciendo el bien con amor y nos precedieron en la fe. Cantamos…

Solemnidad de Todos los Santos - Benedicto XVI

BENEDICTO XVI
ÁNGELUS

1 de noviembre de 2011

Queridos hermanos y hermanas:
La solemnidad de Todos los Santos es ocasión propicia para elevar la mirada de las realidades terrenas, marcadas por el tiempo, a la dimensión de Dios, la dimensión de la eternidad y de la santidad. La liturgia nos recuerda hoy que la santidad es la vocación originaria de todo bautizado (cf. Lumen gentium, 40). En efecto, Cristo, que con el Padre y con el Espíritu es el único Santo (cf. Ap 15, 4), amó a la Iglesia como a su esposa y se entregó por ella con el fin de santificarla (cf. Ef 5, 25-26). Por esta razón, todos los miembros del pueblo de Dios están llamados a ser santos, según la afirmación del apóstol san Pablo: «Esta es la voluntad de Dios: vuestra santificación» (1 Ts 4, 3). Así pues, se nos invita a mirar a la Iglesia no sólo en su aspecto temporal y humano, marcado por la fragilidad, sino como Cristo la ha querido, es decir, como «comunión de los santos» (Catecismo de la Iglesia católica, n. 946). En el Credo profesamos la Iglesia «santa», santa en cuanto que es el Cuerpo de Cristo, es instrumento de participación en los santos Misterios —en primer lugar, la Eucaristía— y familia de los santos, a cuya protección se nos encomienda en el día del Bautismo. Hoy veneramos precisamente a esta innumerable comunidad de Todos los Santos, los cuales, a través de sus diferentes itinerarios de vida, nos indican diversos caminos de santidad, unidos por un único denominador: seguir a Cristo y configurarse con él, fin último de nuestra historia humana. De hecho, todos los estados de vida pueden llegar a ser, con la acción de la gracia y con el esfuerzo y la perseverancia de cada uno, caminos de santificación.

sábado, 1 de noviembre de 2014

Solemnidad de Todos Los Santos - Guión Litúrgico

Entrada:

Celebramos con alegría en esta Misa la Solemnidad de Todos los Santos, nuestros hermanos mayores; al venerarlos, la unión de toda la Iglesia, se ve fortalece por la caridad ya que la comunión con ellos nos une a Cristo de quien mana toda la gracia y la vida del pueblo de Dios. Nos disponemos a iniciar la Santa Misa poniéndonos de pie y cantando…

jueves, 2 de octubre de 2014

Santos Ángeles Custodios - Himnos de la Liturgia


 
oficio de lectura 1

Ángeles de la mañana,
ángeles del mediodía,
de la tarde y de la noche
son tu presencia divina.

Llenos de gozo, Señor,
te damos nuestra alegría,
peregrinos de la tierra,
huéspedes ya de tu vida.

¡Que nunca nos abandone,
en el sueño o la vigilia,
el ángel que nos pusiste
como compañero y guía!. Amén.

miércoles, 1 de octubre de 2014

Santa Teresita del Niño Jesús, una vida eucarística de mano de María - Mons. Antonio Marino

Santa Teresa
del Niño Jesús,
una vida eucarística
de la mano de María

Meditación para el
1° de octubre de 2005
Mons. Antonio Marino
 

   1. María y la Eucaristía

"La Eucaristía y María en Santa Teresita" es el tema de esta meditación, cuando está por cerrar el año sobre la Eucaristía, instituido por el Papa Juan Pablo II. Se trata, en realidad, de dos temas que están en sí mismos conectados. Pertenecen, en distinto grado, a lo más esencial de la vida de la Iglesia y de la vida cristiana.  

La Iglesia vive de la Eucaristía. Ella es el sacramento de la unidad de la Iglesia. Es también la fuente de donde saca sus fuerzas para la misión evangelizadora, y a la vez la cumbre hacia donde tiende toda su misión, como nos lo recordaba el Concilio Vaticano II.

En la Eucaristía la Iglesia actualiza, sin repetirlo, el sacrificio redentor de la cruz, de modo que presenta al Padre como suyo propio el sacrificio de su Hijo por nosotros. En este admirable sacramento, se nos brinda la posibilidad de entrar en él, uniéndonos a la ofrenda sacrificial de Jesús.  

María es aquella mujer en cuyo seno virginal, el Espíritu Santo formó la hostia del sacrificio redentor. Este sacrificio, en realidad, no consiste en un momento aislado de la vida de Jesús, a saber, su muerte; sino que abarca la vida entera del Señor: comienza en el seno de María y culmina en la cruz, con el sello de su sangre; la resurrección eterniza el sacrificio del calvario, introduciendo en la gloria del Padre a nuestro Sumo Sacerdote cuya ofrenda es Él mismo.  

Decimos que la vida entera de Jesús es sacrificio, y por eso es salvadora, puesto que la esencia del sacrificio consiste en el acatamiento de la voluntad divina, cosa que Cristo hizo toda su vida, haciendo de esa voluntad su unidad interior más íntima, su alimento.  

María está presente con el protagonismo de su fe en el misterio de la Encarnación. Cuando brinda el consentimiento a la voluntad divina, el Hijo inaugura el sacrificio de alabanza al Padre, en cuanto hombre, y ella queda asociada a ese sacrificio a lo largo de su propia vida. También está presente al pie de la cruz, en comunión de voluntad con el designio del Padre y en comunión de amor crucificado con la ofrenda de su Hijo por los hombres.  

Pero en esta meditación no me propongo hablar de estas realidades en sí mismas, tal como las comprende la fe de la Iglesia y como las profundiza la teología, sino que deseo hablar de estas realidades tal como las vivía y las formulaba Santa Teresita del Niño Jesús. Ella no tenía ninguna pretensión teológica, se expresaba en un lenguaje espontáneo, encantador y sencillo, que surgía de la familiaridad que ella tenía con estas realidades, por contacto directo y vital. En esa sencillez tan cautivante llega a decir cosas muy profundas, que llamaron la atención de los mismos teólogos. Por eso, el Papa Juan Pablo II la ha proclamado doctora de la Iglesia, como antes Pablo VI lo había hecho con Santa Catalina de Siena y con Santa Teresa de Jesús. Hay por cierto en sus escritos doctrina eminente, que procede de una gran santidad de vida. Faltaba la declaración oficial por parte de la Iglesia, que finalmente ha llegado.

domingo, 14 de septiembre de 2014

Exaltación de la Cruz - Guión Litúrgico

ENTRADA:
Hermanos: La celebración de la Eucaristía es la actualización sacramental del Sacrificio Redentor realizado de una vez para siempre en la Gloriosa Cruz del Salvador. Con el gozo de sabernos invitados a recibir los frutos de este misterio del amor de Dios cantamos....

martes, 9 de septiembre de 2014

Domingo XXIII (ciclo a) Catena Aurea

Mateo 18,15-20
"Por tanto, si tu hermano pecare contra ti, ve y corrígele entre ti y él solo. Si te oyere, ganado habrás a tu hermano. Y si no te oyere, toma aun contigo uno o dos, para que por boca de dos o tres testigos conste toda palabra. Y si no los oyere, dilo a la Iglesia. Y si no oyere a la Iglesia, tenlo como un gentil y un publicano".
"En verdad os digo que todo aquello que ligareis sobre la tierra, ligado será también en el cielo: y todo lo que desatareis sobre la tierra, desatado será también en el cielo. Dígoos además que si dos de vosotros se convinieren sobre la tierra, de toda cosa que pidieren les será hecho por mi Padre, que está en los cielos. Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy en medio de ellos".
San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 60,1
Después de hablar el Señor con tanta vehemencia contra los que escandalizan, advirtiéndoles por todas partes, a fin de que no se hagan tan perezosos aquellos que son el objeto del escándalo, que por evitar un pecado no caigan en el de la negligencia y tratando ellos de que se les perdone en todo, no se llenen de orgullo; el Señor los contiene sobre este punto y manda que se les reprenda, diciendo: "Por lo tanto, si tu hermano pecare contra ti", etc.
San Agustín, sermones, 82,1,4
El Señor nos advierte que no debemos despreciar nuestros pecados, ni buscar lo que debemos reprender, sino ver lo que debemos corregir. Debemos corregir con amor, no con deseo de hacer daño, sino con intención de corregir; si no lo hacéis así, os hacéis peores que el que peca. Este comete una injuria y cometiéndola se hiere a sí mismo con una herida profunda. Despreciáis vosotros la herida de vuestro hermano, pues vuestro silencio es peor que su ultraje.
San Agustín, de civitate Dei, 1,9
Con frecuencia la verdad se disimula criminalmente. Unas veces por no enseñar o no aconsejar a los malos, otras por no corregirlos y evitarles las reprensiones; ya por no tomarnos ese trabajo, ya por no perder su amistad, ya porque no nos sirvan de obstáculo y no nos perjudiquen en las cosas temporales, que desea adquirir nuestra ambición, o que nuestra debilidad tiene miedo de perder. Si alguno deja de reprender o de corregir a los que obran mal, con el pretexto de esperar una ocasión más oportuna, o creyendo que no se harán peores, o que no será un impedimento para enseñar a los que están débiles una vida buena y piadosa, o que no los retraerán de la fe ni los perseguirán, no me parece que todo esto se deba a una pasión, sino a un consejo de la caridad. Con mucha más razón deben corregir con caridad los jefes de las iglesias colocados al frente de ellas para perdonar, pero no lanzando insultos contra los pecadores. Y no están exentos de faltas de este género aquellos que, aunque no son superiores, conocen y no hacen caso de muchas cosas que deberían advertir y de corregir en aquellos con quienes están íntimamente unidos por el lazo de una vida común y no los corrigen por evitarse los inconvenientes que les resultarían, por razón de las cosas temporales de que usan lícitamente, pero en las que se deleitan más de lo que deben.

lunes, 8 de septiembre de 2014

Domingo XXIII (ciclo a) Guión litúrgico

Entrada:
Hermanos. Reunidos en el nombre del Señor para recibir el alimento de su Palabra y de la Eucaristía, que alimenta nuestra fe, sostiene nuestra esperanza y anima la caridad, nos disponemos a iniciar la Santa Misa cantando…

viernes, 5 de septiembre de 2014

La beata Teresa de Calcuta, humilde mensajera del Evangelio e infatigable bienhechora de la humanidad - San Juan Pablo II

HOMILÍA DEL
SANTO PADRE
JUAN PABLO II
EN LA MISA DE BEATIFICACIÓN
DE MADRE TERESA DE CALCUTA

19 de octubre de 2003
 

1. "El que quiera ser el primero, sea esclavo de todos" (Mc 10, 44). Estas palabras de Jesús a sus discípulos, que acaban de resonar en esta plaza, indican cuál es el camino que conduce a la "grandeza" evangélica. Es el camino que Cristo mismo recorrió hasta la cruz; un itinerario de amor y de servicio, que invierte toda lógica humana. ¡Ser siervo de todos!

Por esta lógica se dejó guiar la madre Teresa de Calcuta, fundadora de los Misioneros y de las Misioneras de la Caridad, a quien hoy tengo la alegría de inscribir en el catálogo de los beatos. Estoy personalmente agradecido a esta valiente mujer, que siempre he sentido junto a mí. Icono del buen samaritano, iba por doquier para servir a Cristo en los más pobres de entre los pobres. Ni siquiera los conflictos y las guerras lograban detenerla.

De vez en cuando, venía a hablarme de sus experiencias al servicio de los valores evangélicos. Recuerdo, por ejemplo, sus intervenciones en favor de la vida y en contra del aborto, también cuando le fue conferido el premio Nobel de la paz (Oslo, 10 de diciembre de 1979). Solía decir:  "Si oís que una mujer no quiere tener a su hijo y desea abortar, tratad de convencerla de que me traiga a ese niño. Yo lo amaré, viendo en él el signo del amor de Dios".

martes, 2 de septiembre de 2014

Las virtudes de los ciudadanos y la comunidad política - Mons. Héctor Aguer


En la filosofía contemporánea se ha impuesto la noción de valor, en contradicción o muchas veces en reemplazo de la idea clásica de bien. Suele hablarse de los valores, no sólo en el nivel académico sino también en el lenguaje cotidiano. Se trata de una especie de categoría muy amplia y en ocasiones imprecisa, que incluye diversos bienes. Para clarificar esta noción, Joseph de Finance, en su análisis del obrar humano, proponía identificar el valor con la bondad y reservar el nombre de bien para designar los bienes concretos. De cualquier manera, así como el bien dice referencia a la voluntad humana, o mejor dicho la voluntad por su naturaleza se dirige al bien, el valor señala una relación mucho más subjetiva a las diversas tendencias del hombre, para perfeccionarlas. El mencionado enfoque de la filosofía del siglo XX, por ejemplo el que se encuentra en la obra de Hartmann y Scheler, parece desplazar el concepto de virtud. En realidad la concepción clásica de las virtudes es perfectamente armonizable con la teoría del valor. Sin embargo, hablar de virtudes suena, hoy día, como algo desactualizado. Me arriesgo, no obstante, a emplear ese nombre, supuesto que en la actualidad implique una osadía seguir a Aristóteles y a Santo Tomás, un desafío lanzado a la mayoría de los filosofantes.

Según el concepto clásico de virtud, ésta encamina habitualmente el obrar humano hacia el bien; dicho de otro modo, para asumir el propósito de armonización ya señalado, el ejercicio de la virtud impulsa a realizar el valor. La virtud es una perfección de la persona que dinámicamente la habilita para llegar a ser una personalidad acabada. Para decirlo en términos técnicos: la virtud manifiesta la perfección de una potencia, a la cual complementa en el orden de la acción. Es, confirma Santo Tomás, ultimum in re de potentia. De suyo es una forma permanente, que descansa en el sujeto; es un hábito que permite que alguien obre cuando quiere, lo pone en ejercicio libremente. Además, la virtud permite un obrar coherente y no inestable, veleidoso; está siempre disponible para ponerse en acto y se ejerce con naturalidad, con gusto (De Virt. in communi, q. un, a. 1). Pero el concepto de virtud no puede limitarse al orden individual y privado. Existen cualidades que no sólo perfeccionan al sujeto para ser hombre de bien. Aclaro, por las dudas, para evitar la reacción de quienes profesan la perspectiva de género, que se entiende: a todo el género humano, incluyendo a la mujer, también lo habilitan para incorporarse como ciudadano a la realización del bien común de la sociedad en que vive. Vale para éstas lo dicho de la virtud en general. Aristóteles distinguía claramente las virtudes propias de un hombre de bien, de las virtudes cívicas o políticas. El Doctor Angélico lo sigue en su Comentario: no se identifican, sin más, la virtud del ciudadano servicial y la del hombre bueno (In III, Polit., l. 3). Los nombres cívico y político son intercambiables y se remiten a la polis –que en latín se dice civitas- y que podemos traducir por ciudad o sociedad y que en la antigüedad designaba a veces al Estado. Sigamos con las lenguas clásicas y las etimologías: polítes es el ciudadano; en Roma el civis. Los ciudadanos, cualquiera sea su oficio y función, están empeñados en una obra común: el buen estado de la comunidad, del orden político (Ib.)

domingo, 31 de agosto de 2014

Es difícil creer que esto pueda suceder - Carta de una religiosa dominica desde Irak

  Hola a todos:

Continuamos compartiendo nuestra lucha diaria con ustedes con la esperanza de que nuestro grito pueda ser escuchado en todo el mundo. Somos como el hombre ciego de Jericó (Mc 10, 46-52), el cual no tenía más que su voz para implorar misericordia a Jesús. Aunque algunas personas lo ignorasen otras lo escucharon y lo ayudaron. ¡Nosotras contamos con personas que nos escuchen!

Estamos comenzando la tercera semana de desplazamientos. Las cosas se mueven muy lentamente en cuanto a lo que se refiere a proporcionar refugio, alimentos y necesidades básicas para las personas. Todavía hay gente que vive en las calles. Todavía no hay campamentos organizados fuera de las escuelas que se utilizan como centros de refugiados. Un edificio de tres plantas aún sin acabar también ha sido utilizado como refugio. Para salvaguardar su privacidad en este edificio inacabado las familias han dividido los espacios en habitaciones utilizando láminas de plástico. Estos lugares parecen establos. Todos nos hacemos la misma pregunta: ¿hay algún tipo de final a la vista? Apreciamos todos los esfuerzos que se han hecho para proporcionar ayuda a las personas desplazadas; sin embargo, han de tener en cuenta que el suministro de alimentos no es la única necesidad esencial que se requiere. Nuestro caso es mucho más grande. Estamos hablando de dos minorías (cristianos y mazdeístas) que han perdido sus tierras, sus hogares, sus pertenencias, su trabajo, su dinero, algunos se han visto separados de sus familias y sus seres queridos y todos están perseguidos a causa de su religión.

La Humanae Vitae, una encíclica profética - Mons. Francisco Gil Hellín


Hace años era capellán de un Centro de promoción obrera en el suburbio sur de Roma. Un día se presentó el cardenal Casaroli, a la sazón Secretario de Estado del Vaticano, y mantuvo un diálogo con los profesores y alumnos. Uno de ellos le preguntó qué recuerdos destacaría del tiempo que sirvió a Pablo VI. El cardenal se concentró unos momentos y añadió: la firma de la Humanae Vitae. Y añadió: «A finales del mes de julio de 1968 el Papa estaba muy preocupado. Un día cogió un abultado fajo de documentos y se fue a Castel Gandolfo. A los pocos días le encontré completamente cambiado. Estaba radiante y feliz. Había firmado la Humanae vitae».

Efectivamente, el 25 de julio de 1968 Pablo VI firmó ese documento, que se convirtió en la gran cruz de su Pontificado y fue uno de los escritos magisteriales más contestados de los últimos tiempos, fuera y dentro de la Iglesia. «Raramente –escribió en 1995 el cardenal Ratzinger- un texto de la historia reciente del Magisterio se ha convertido en signo de contradicción como esta encíclica».

La encíclica era una defensa decidida de la vida humana, rechazaba la contraconcepción con métodos artificiales e iba contra el hedonismo y las políticas de planificación familiar, impuestas a menudo por los países ricos a los países pobres. Mantenía, en cambio, el principio de paternidad consciente y éticamente responsable. Como escribió el cardenal Danielou, el documento subraya «el carácter sagrado del amor humano» y es un verdadero «revulsivo contra la tecnocracia». La doctrina de la Humanae vitae contradecía -y contradice- los gustos del tiempo y desafiaba el clima cultural de la época y los enormes intereses económicos de las grandes multinacionales. Su enseñanza es, ciertamente, exigente y no se recuerda con gusto. Pero tampoco el Evangelio se sigue con gusto y deja de ser exigente.

sábado, 30 de agosto de 2014

Los pliegos escritos por Santa Rosa de Lima

Hacia 1923, el, P. Getino, descubrió, en la habitación donde falleció Santa Rosa de Lima -hoy Capilla del Monasterio de Santa Rosa-  unos papeles de aspecto cabalístico, cuya extensión eran de dos medios pliegos, y que correspondían a los dibujos y escritos de la santa peruana.

En efecto, los dibujos de Santa Rosa de Lima utilizaron un estilo, lenguaje y forma literaria de la tradición emblemática y renacentista y barroca. Como en los tratados emblemáticos del amor divino, Rosa relata sus experiencias místicas uniendo la palabra y la imagen. El nivel de las experiencias místicas descritas por Rosa corresponde en magnitud al milagroso intercambio de corazones que Jesús realizara con Santa Catalina de Siena o a las transverberaciones del corazón de Santa Teresa de Jesús. De estos dos pliegos, uno se refiere a las Mercedes o pruebas interiores de la santa, y el otro a la escala mística.

 

·                     Primer pliego

Domingo XXII (ciclo a) Benedicto XVI

BENEDICTO XVI
ÁNGELUS
Domingo 28 de agosto de 2011
 

Queridos hermanos y hermanas:

En el Evangelio de hoy, Jesús explica a sus discípulos que deberá «ir a Jerusalén y padecer allí mucho por parte de los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, y que tenía que ser ejecutado y resucitar al tercer día» (Mt 16, 21). ¡Todo parece alterarse en el corazón de los discípulos! ¿Cómo es posible que «el Cristo, el Hijo de Dios vivo» (v. 16) pueda padecer hasta la muerte? El apóstol Pedro se rebela, no acepta este camino, toma la palabra y dice al Maestro: «¡Lejos de ti tal cosa, Señor! Eso no puede pasarte» (v. 22). Aparece evidente la divergencia entre el designio de amor del Padre, que llega hasta el don del Hijo Unigénito en la cruz para salvar a la humanidad, y las expectativas, los deseos y los proyectos de los discípulos. Y este contraste se repite también hoy: cuando la realización de la propia vida está orientada únicamente al éxito social, al bienestar físico y económico, ya no se razona según Dios sino según los hombres (cf. v. 23). Pensar según el mundo es dejar aparte a Dios, no aceptar su designio de amor, casi impedirle cumplir su sabia voluntad. Por eso Jesús le dice a Pedro unas palabras particularmente duras: «¡Aléjate de mí, Satanás! Eres para mí piedra de tropiezo» (ib.). El Señor enseña que «el camino de los discípulos es un seguirle a él [ir tras él], el Crucificado. Pero en los tres Evangelios este seguirle en el signo de la cruz se explica también… como el camino del “perderse a sí mismo”, que es necesario para el hombre y sin el cual le resulta imposible encontrarse a sí mismo» (cf. Jesús de Nazaret, Madrid 2007, p. 337).

Domingo XXII (ciclo a) Congregación para el clero

Primera Lectura: Jer 20, 7-9
Segunda: Rom 12, 1-2
Evangelio: Mt 16,21-27
 

Nexo entre las lecturas
La Voluntad de Dios es la suprema norma del profeta Jeremías, de Jesucristo y de los cristianos. Inseparable de la voluntad divina es la cruz, el sacrificio por fidelidad a ella. Jeremías siente el aguijón de la rebelión, de tirar todo por la borda; pero "(la palabra de Dios) era dentro de mí como un fuego devorador encerrado en mis huesos; me esforzaba en contenerlo, pero no podía" (Primera lectura). El evangelio de hoy sigue a la proclamación que Pedro hace de Jesús como Mesías e Hijo de Dios (domingo anterior). Jesús quiere dejar bien sentado cuál es el sentido de su mesianismo según el designio de Dios: "Ir a Jerusalén y sufrir mucho por causa de los ancianos, los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley; morir y al tercer día resucitar" (evangelio). San Pablo nos enseña que el auténtico culto consiste en ofrecerse como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios (segunda lectura).


Mensaje doctrinal

Domingo XXII (ciclo a) Guión Litúrgico

ENTRADA:
Hermanos: En el día del Señor, nos reunimos para compartir la celebración eucarística y renovar nuestra vocación de discípulos misioneros. Nos disponemos a celebrar la Santa Misa poniéndonos de pie y cantando...

viernes, 29 de agosto de 2014

Domingo XXII (ciclo a) Catena Aurea

Mateo 16,21-27
Desde entonces comenzó Jesús a declarar a sus discípulos, que convenía ir El a Jerusalén, y padecer muchas cosas de los ancianos y de los escribas, y de los príncipes de los sacerdotes, y ser muerto, y resucitar al tercer día.
Y tomándole Pedro aparte, comenzó a increparle diciendo: "Lejos esto de ti, Señor, no será esto contigo". Y vuelto hacia Pedro, le dijo: "Quítateme de delante, Satanás, estorbo me eres; porque no entiendes las cosas que son de Dios, sino las de los hombres".
Entonces dijo Jesús a sus discípulos, "si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz y sígame. Porque el que su alma quisiere salvar, la perderá. Mas el que perdiere su alma por mí, la hallará".
"Porque ¿qué aprovecha al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué cambio dará el hombre por su alma? Porque el Hijo del Hombre ha de venir en la gloria de su Padre con sus ángeles; y entonces dará a cada uno según sus obras.
 

San Jerónimo
A fin de que nadie pueda suponer que no hemos hecho más que exponer nuestra opinión, en estas palabras el Señor dice la causa de haber prohibido el que se lo predicara: "Desde entonces comenzó Jesús a declarar a sus discípulos que convenía ir El a Jerusalén y padecer, etc." El sentido es el siguiente: cuando hubiera padecido todos estos tormentos vosotros empezaréis a predicarme, porque no conviene predicar a Cristo en público y anunciar su majestad en medio de los pueblos, que lo han de ver después azotado y crucificado.
 

San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 54,3
Difícilmente permanecerá en el corazón de muchos lo que una vez ha echado raíces y se arranca después, ya que llega a su crecimiento lo que una vez se ha plantado y después permanece inmóvil. Por esto el Señor se detiene en estas tristes predicciones y a propósito multiplica sus palabras para abrir la inteligencia de sus discípulos.
 

Orígenes, homilia 1 in Matthaeum, 16
Y mirad cómo no dice: y comenzó a decirles o a enseñarles, sino a manifestarles. Porque así como se dice, que las cosas visibles se manifiestan, así se dice, que Cristo manifestaba lo que hablaba. Mas yo no opino que a los que vieron a Cristo padecer tantos tormentos corporales, les fueron manifestados esos tormentos que presenciaban, como a los discípulos, que comprendieron las palabras del Señor acerca del misterio de su pasión y resurrección. Entonces fue cuando les empezó a explicar este misterio que después, cuando los discípulos tuvieron más capacidad,, desarrolló cumplidamente. Porque todo lo que Jesús comienza, lo lleva a su término. Y convenía que Jesús fuese a Jerusalén, para que fuese inmolado en la Jerusalén de abajo, en la Jerusalén terrestre, antes que por su resurrección reinara en la Jerusalén celestial, en la que está arriba ( Gál 4). Después que resucitó Jesús y otros resucitaron con El, no se habla ya de la Jerusalén de aquí abajo o de la casa de oración que ella encierra, sino de la Jerusalén de arriba. El Señor sufre muchas cosas de parte de los ancianos de la Jerusalén terrestre, para ser glorificado de parte de aquellos ancianos celestiales que gozan de sus beneficios. Y al tercer día resucitó de entre los muertos, y para aquellos que arrebata del mal, adquiere la gracia de ser bautizados en su espíritu, en su alma y en su cuerpo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, que son los tres días, siempre presentes para aquellos, que mediante esos días fueron hechos hijos de la luz.

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